martes, agosto 01, 2006

NTC ... 206. Noviembre 30, 2.005

NTC ... 206
Nos Topamos Con ... Año 5. Cali, Noviembre 30, 2.005.
ntc@andinet.com , ntcgra@gmail.com
CONTENIDO
Seminario: “PROCESOS DE INVESTIGACION Y DIVERSAS ESCRITURAS”, Dictado por ARTURO ALAPE, se inicia mañana. ///// R. H. MORENO-DURÁN. Por Luz Mary Giraldo (Cronopios) y Óscar Collazos ///// 'MEMORIES OF MY MELANCHOLY WHORES' de Gabo. Crítica en The New York Times y texto de John Updike ///// LA ANTOLOGÍA DE CUENTO Y RELATO NACIONAL más completa de los últimos años (Luz Mary Giraldo) ///// EL RINCÓN DE LAS PESADILLAS, Gabo en Bogotá ///// 'LAS INTERMITENCIAS DE LA MUERTE' de José Saramago. Fragmento ///// POESIA COMPLETA. JOSE SARAMAGO, reseña en Semana Libros No . 4 ///// PESSOA en Gaceta (El Pais) ///// Semana Libros No . 4 ///// « Ce moment où je parle est déjà loin de moi » y Borges.
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SEMINARIO – TALLER, se inicia mañana Dic. 1
y LANZAMIENTO EN CALI DE “EL CADAVER INSEPULTO”
Seminario: “PROCESOS DE INVESTIGACION Y DIVERSAS ESCRITURAS”
Dictado por ARTURO ALAPE ***.
Diciembre 1, 2, 3 y 5 de 2.005 . Horario de 6:00 a 9:00 PM . LUGAR: Biblioteca del Centenario Av. Colombia Calle 4ª. Oeste. Cali
Inversión: $ 99.000. Con derecho a un ejemplar de Noche de pájaros, carpeta de trabajo, refrigerios y diploma de asistencia. *Descuentos Especiales: Pago antes de Noviembre 1: 15% / Pago antes de Noviembre 15: 10% / Clientes de Ventana Indiscreta: 10% / Participantes en Talleres anteriores: 15% / Estudiantes con carné vigente: 10% / *Los porcentajes anotados se aplican o contabilizan una sola vez; no se suman o acumulan.
Informes e Inscripciones: Tels: 661 64 31 - 330 72 62 . ventana@telesat.com.co http://www.vueltadehoja.com/
Lanzamiento en Cali de: El cadáver insepulto. La más reciente novela de Arturo Alape
Diciembre 5 - 6:00 p.m. Biblioteca del Centenario. Entrada Libre.
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*** ARTURO ALAPE: Cali, 1938. Escritor, pintor, periodista y catedrático. Ha ganado varios concursos nacionales de cuento. Sus obras han sido traducidas al francés, alemán, inglés, ruso y japonés. Ha publicado: Diario de un guerrillero (1970) , Las muertes de Tirofijo (1972) , Guadalupe años sin cuenta (coautor, premio Casa de las Américas, 1976) , Un día de septiembre. Testimonio sobre el paro cívico de 1977 (1977) , El cadáver de los hombres invisibles (1979) , El Bogotazo: memorias del olvido (1983) , Noche de pájaros (1984) , La paz, la violencia: testigos de excepción (1985) , Las vidas de Pedro Antonio Marín, Manuel Marulanda Vélez, Tirofijo (1989) , Valoración múltiple sobre Tomás Carrasquilla (1990) , Julieta, el sueño de las mariposas (1994) , Tirofijo: los sueños y las montañas (1994) , Ciudad Bolívar: la hoguera de las ilusiones (1995) , Valoración múltiple sobre León de Greiff (1995) , Río de inmensas voces y otras voces (1997) , Mirando al final del alba (Beca de Creación de Colcultura, 1998) , Sangre ajena (2000) , Yo soy un libro en prisión (2002) , Luz en la agonía del pez (2004) , El cadáver insepulto (2005)
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PROGRAMA
Diciembre 1: Jueves - Memoria histórica
El Bogotazo: Memorias del olvido Indagación y escritura sobre la reconstrucción del acontecimiento histórico, acontecimiento perdido en la memoria y condenado por el olvido histórico. - Mapa imaginario del acontecimiento. / - Vacíos en la información. / - Olvido de la presencia de la multitud. / - Voces individuales y colectivas de la memoria. / - Confrontación y polifonía de voces. / - Secuela narrativa: El cadáver insepulto.
Diciembre 2: Viernes - Ciudad y Memoria
Ciudad Bolívar: La hoguera de las ilusiones
Indagación sobre el devenir social y humano de la otra ciudad, reencuentro con mentalidades juveniles en la esquina de los sueños, los miedos y los futuros inciertos. - Procesos de acercamiento a la comunidad. /- Los jóvenes y la ciudad. / - La otra ciudad: la ciudad excluída. / - Taller de la memoria. / - La escritura de las historias de vida. / - Reconstrucción de la memoria urbana.
Diciembre 3: Sábado - Conflicto interno y Memoria
La paz, la violencia: Testigos de excepción . Tirofijo: Sueños y montañas
Acercamiento y reflexión de participantes directos en la confrontación armada nacional junto a sus desarrollos políticos en nuestra historia reciente, y conversación autobiográfica con un personaje cuya visión ideológica y política también fundamenta las raíces históricas de cuanto somos como nación. - Reportajes con la historia. / - Fresco de voces. / - Historias familiares. / - Estructura narrativa. / - Razones para una biografía. / - Mito y leyenda: las muertes. / - Don de liderazgo.
Diciembre 5: Lunes - Memoria de Cali
Julieta, los sueños de las mariposas . Noche de pájaros
Reconstrucción y recuento de episodios históricos vividos durante los años cincuenta y sesenta, curiosamente silenciados e invisibilizados en la historia reciente de Cali. - Historia y novela: los hilos conductores. / - Liderazgo y sublevación juvenil. / - El arte comprometido. / - La dictadura y sus derivaciones. / - La tragedia imprevista. / - Consecuencias del silencio y el olvido. / - Novelas en preparación.
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R. H. Moreno-Durán: Palabra Mayor
Palabras pronunciadas por la escritora y poeta Luz Mary Giraldo en el acto de despedida al escritor Rafael Humberto Moreno-Durán, fallecido esta semana en Bogotá. (Noviembre 22, 2005.)
Tomado de : Cronopios, Diario virtual para hombres y mujeres de palabra, Fundado en 1990 – Miércoles 23 de noviembre de 2005, ignacioramirez@cable.net.co
Dedicado al oficio de lector y escritor, Rafael Humberto Moreno-Durán, R. H., hizo de la literatura su casa y el centro de su vida. Todos sabemos que Mónica y Alejandro fueron su ancla y esto hacía que el camino para la creación estuviera listo. En una reciente y aún inédita entrevista que le hiciera su entrañable Alma Mater a través de Unimedios, confesaba las cosas por hacer y las ya hechas y con orgullo manifestaba la satisfacción de las tareas adelantadas, de lo cumplido y concluido, de los proyectos posibles a pesar de que el camino se le presentaba cada vez más breve y más duro. Creyó en la literatura como esperanza y “palabra mayor” y hasta su último momento de lucidez escritura y lectura estuvieron de su lado. Queda su obra viva en su hijo, en sus ensayos, cuentos y novelas, en su valioso aporte a la literatura y la cultura como autor imprescindible y memorable, queda en Mónica. Queda el eco de su memoria sin par, de su palabra oportuna, el recuerdo de su inteligencia y su conocimiento, la gracia con que más de una vez nos hizo reír, la evocación de la frase mordaz con que nos hizo pensar, rabiar o vacilar, la certeza de que nos representaba con solvencia y altura en cualquier lugar. Queda el valor de la amistad solidaria, el calor de su afecto, el recuerdo de su compañía.
Para los que tuvimos la oportunidad de ser sus amigos, quienes estuvimos en su casa y lo gozamos como anfitrión, quienes en los viejos o los nuevos tiempos fuimos sus contertulios, quienes encontramos en sus libros otra forma de felicidad, sabemos que su vida adquiere otro significado y su ausencia otra forma de proximidad. Donde quiera que esté está con nosotros. Lo recordarán meninas, mandarinas y matriarcas y seguramente desde una caja de Pandora saldrá oportuna su voz para decir, como un “contemporáneo del porvenir”, que sigue aquí, dispuesto a hacer de la vida y la literatura una fiesta, del dolor una broma y del horror una burla o una caricatura.
Si la música gregoriana confirmaba en él la existencia de la divinidad, también la poesía era puerta del misterio y del silencio. Repito con él “Oración” de Else Lasker-Schuller que sirvió de antesala a uno de sus libros y que refleja su concentrada y silenciosa forma de estar ante lo Otro:
Busco por doquier una ciudad
que ante sus puertas tenga un ángel.
Doblegada, sobre el hombro
sostendré su ala inmensa
y como un sello en la frente luciré su estrella.
Concentrémonos, Alejandro, Mónica, todos, en la frase del rabino Chanoch citada por Sebald:
“Mira el libro, cuando se mira en él, no se llora”.
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R.H. Moreno-Durán
Un ser de gran cultura literaria y devoción por la escritura.
Óscar Collazos, QUINTA COLUMNA
EL TIEMPO, 24 de noviembre de 2005
http://eltiempo.terra.com.co/opinion/colopi_new/oscarcollazos/ARTICULO-WEB-_NOTA_INTERIOR-2624639.html
He conocido escritores de mi generación que, además de ser excelentes escritores, mantienen una devoción casi religiosa por los libros. Mencionaría, entre otros, al mexicano José Emilio Pacheco y al colombiano Juan Gustavo Cobo-Borda. Para ellos, la biblioteca personal no sólo es su mundo sino que es el mundo. No sé si una vida les alcance para leer los libros que acumularon a lo largo de su existencia. Estoy, en cambio, seguro de que el tamaño de sus bibliotecas ha querido ajustarse al tamaño y duración deseados de sus vidas.
A la devoción por los libros le han añadido una indeclinable devoción por la escritura. Aunque no son ajenos a la vida, parecería que sus existencias fueran esencialmente literarias, capítulos de un gran libro, el que escribieron otros y el que ellos escriben.
R.H. Moreno-Durán, a quien me unió durante muchos años la amistad y con quien compartí en los últimos años la acritud de la discordia personal, era de esa clase de escritores. Si alguna razón tengo para recordarlo tres días después de su muerte, que asumió con tenacidad e ironía, es porque creo que debemos más respeto y lealtad a la obra que escribió que a los rasgos incidentales de su personalidad.
Desde 1973, cuando llegó a Barcelona con los originales de su espléndido libro de ensayos De la imaginación a la barbarie, R.H. no hizo otra cosa que escribir, con calculado sentido de grandeza, las novelas y ensayos que lo convirtieron, al lado de Germán Espinosa, en uno de los escritores más singulares de nuestra generación.
Moreno-Durán forjó una personalidad literaria que él mismo devolvía, mediante innumerables citas librescas, a las grandes tradiciones y a los grandes escritores de su biblioteca personal. Qué digo, de su memoria literaria. Se propuso la perfección de una saga novelística, pensando acaso en el Lawrence Durrell de El cuarteto de Alejandría, y al cabo de una década tenía concluida Fémina suite.
Su inmensa cultura literaria, por la que se paseaba su no menos inmensa memoria de lector, lo convirtió en un crítico que continuaba la línea trazada en Colombia por Baldomero Sanín Cano, Hernando Téllez, Rafael Gutiérrez Girardot y Hernando Valencia Goelkel. Para responder al provincianismo era preciso ser soberbiamente cosmopolita. Sólo así las literaturas de Colombia y América Latina podían mirarse en el espejo del mundo y ser "absolutamente modernas".
Moreno-Durán era un ser inagotablemente divertido y un conversador impenitentemente histriónico, capaz de casar lo grotesco con lo sublime. Cuando se instalaba en "el fantástico proscenio del yo" (Durrell), hacía que su vanidad de escritor fuera una hilarante nota al pie de página de sus libros.
Mambrú y Los felinos del canciller son novelas escritas desde la más implacable ironía. Una guerra tragicómica y una diplomacia de pacotilla dan como resultado obras de esta naturaleza. El escritor había conseguido un acento personal de aguafiestas y una inimitable capacidad de parodiar la realidad.
El dispositivo moral que R.H. encendió para resistirse a la devoradora ofensiva de la enfermedad –me dicen quienes lo frecuentaron– apelaba a la ironía e incluso a la altivez que le conocimos en vida. Es probable que los consejos de su médico hayan sido menos atendidos que los consejos buscados y hallados en los libros que trataban de la enfermedad, último pulso entre la vida y la muerte. Si fue así, Moreno-Durán murió en estado de íntima familiaridad, no sólo al lado de Mónica y Alejandro, sino con los libros que nutrieron su vida.
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SOBRE NOVELA DE GABO . ‘No valió la pena la espera’
CRÍTICA en The New York Times (1)
El Tiempo, Nov 23, 2.005
http://eltiempo.terra.com.co/hist_imp/HISTORICO_IMPRESO/cult_hist/2005-11-23/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR_HIST-2623287.html
Una crítica literaria publicada en The New York Times (1) sobre Memorias de mis putas tristes, 'MEMORIES OF MY MELANCHOLY WHORES', de Gabriel García Márquez, dice que al ser "su primer trabajo de ficción en diez años, no valió la pena la espera. (...) Se siente como una pequeña fábula frágil hecha con piloto automático".
La crítica, firmada por Michiko Kakutani (1), señala además que "esta novela ligera demuestra que la forma más corta de la historia no se presta para el talento de García Márquez. La inventiva fértil que animó su obra maestra, Cien años de soledad, es decididamente mutante en estas páginas".
Sobre la historia de Memorias, sigue Kakutani: "Semejantes pasajes suenan como una triste parodia de su radiante novela, El amor en los tiempos del cólera". Y finaliza: "La relación entre el narrador y su virgen es realmente la relación que existe en la cabeza del narrador; y puesto que García Márquez pone muy poco de su esfuerzo para hacer este hombre remotamente interesante, es difícil para el lector interesarse en lo que sucede. La trayectoria de esta narrativa es fácil de predecir, finalizando con una historia banal que es poco representativa ni reveladora de los talentos prodigiosos del gran Gabriel García Márquez".
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(1) He Wants to Die Alone, but First . . .
Books of The Times 'Memories of My Melancholy Whores'
By MICHIKO KAKUTANI
The New York Times, Published: November 22, 2005
"Memories of My Melancholy Whores" is ballyhooed by its publishers as the first work of fiction by Gabriel García Márquez in 10 years.
http://www.nytimes.com/2005/11/22/books/22kaku.html (Previa inscripción gratuita) http://graphics8.nytimes.com/images/2005/11/21/books/garc450.jpg Foto ampliada de GGM en el NYT.
MEMORIES OF MY MELANCHOLY WHORES
By Gabriel García Márquez. Translated by Edith Grossman. 115 pages. Alfred A. Knopf. $20.
After the author's magical portrait of his own youth and apprenticeship in a classic memoir ("Living to Tell the Tale," 2003), this very slight novella - a longish short story, really - plays like a halfhearted exercise in storytelling, published simply to mark time. Like the entries in his 1993 collection "Strange Pilgrims," this tale demonstrates that the shorter form of the story does not lend itself to Mr. García Márquez's talents: his penchant for huge, looping, elliptical narratives that move back and forth in time is cramped in this format, as is his desire to map the panoramic vistas of an individual's entire life. The fertile inventiveness that animated his masterpiece "One Hundred Years of Solitude" is decidedly muted in these pages, and the reverence for the mundane realities of ordinary life, showcased in more recent works, seems attenuated as well. As a result, "Memories of My Melancholy Whores" feels like a brittle little fable composed on automatic pilot.
For some time now Mr. García Márquez has been interested in writing from the vantage point of old age, and this story takes that impulse to an extreme. Its narrator, a former scholar known by his students as Prof. Gloomy Hills, is turning 90 and decides to celebrate his birthday by having sex with a young virgin. He places a call to the madam of his favorite brothel and makes arrangements to spend the night with a 14-year-old girl. In the course of recounting the relationship he develops with this girl, whom he calls Delgadina, the old man also ruminates about "the miseries" of his "misguided life."
Prof. Gloomy Hills, we learn, lives in his parents' house, proposing "to die alone, in the same bed in which I was born and on a day that I hope will be distant and painless." In addition to having taught Spanish and Latin grammar, he served for 40 years as the cable editor at El Diario de La Paz, a job that involved "reconstructing and completing in indigenous prose the news of the world that we caught as it flew through sidereal space on shortwaves or in Morse code." He now scrapes by on his pension "from that extinct profession," combined with the even more meager sums he earns writing a weekly column.
In his nine decades of life, the narrator has never had any close friends or intimate relationships. "I have never gone to bed with a woman I didn't pay," he says, "and the few who weren't in the profession I persuaded, by argument or by force, to take money even if they threw it in the trash. When I was 20 I began to keep a record listing name, age, place, and a brief notation on the circumstances and style of lovemaking. By the time I was fifty there were 514 women with whom I had been at least once. I stopped making the list when my body no longer allowed me to have so many and I could keep track of them without paper."
Such passages read like a sad parody of Mr. García Márquez's radiant 1988 novel "Love in the Time of Cholera," which chronicled love (not just sex) in all its myriad varieties. Worse, we receive no insight into why the narrator has led such a libertine but lonely existence, no insight into why he has never examined his inner life.
All this changes, we are asked to believe, when Prof. Gloomy Hills meets Delgadina and, for the first time in his life, falls in love. He does not touch her that first night, nor the next night, nor the one after. Instead, he simply watches as she sleeps next to him on the bed - exhausted from her day job at a factory, and overcome by the valerian potion the madam has given her to calm her nerves.
As the narrator becomes increasingly obsessed with this innocent young woman - who, truth be told, does little ever but doze in his presence - fantasy and dreamlike hallucinations begin to take over. After one imagined exchange with her, he says: "From then on I had her in my memory with so much clarity that I could do what I wanted with her. I changed the color of her eyes according to my state of mind: the color of water when she woke, the color of syrup when she laughed, the color of light when she was annoyed. I dressed her according to the age and condition that suited my changes of mood: a novice in love at 20, a parlor whore at 40, the queen of Babylon at 70, a saint at 100."
The narrator imagines that Delgadina has been to his house and prepared him breakfast. Later he flies into a jealous rage, convinced - with hardly any evidence - that she has been sleeping with other men. He assiduously courts her with flowers and presents, and reads books like "The Little Prince" to her as she sleeps. "We continued," he says, "with Perrault's Tales, Sacred History, the Arabian Nights in a version sanitized for children, and because of the differences among them I realized that her sleep had various levels of profundity depending on her interest in the readings."
The relationship between the narrator and his virgin is really a relationship that exists inside the narrator's head, and since Mr. García Márquez makes little effort to make this man remotely interesting - as either an individual or a representative figure - it's hard for the reader to care really about what happens. Moreover, the trajectory of this narrative turns out to be highly predictable, leading to a banal ending to a banal story that's quite unworthy of the great Gabriel García Márquez's prodigious talents.
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El notable escritor estadounidense John Updike reseña
'Memoria de mis putas tristes'
Lecturas, EL TiempoNoviembre 24 de 2005
Texto completo: http://eltiempo.terra.com.co/REVISTAS/lecturas/2005-11-26/ARTICULO-WEB-_NOTA_INTERIOR-2624223.html
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Había una vez Colombia
Revista Cambio, http://www.revistacambio.com/html/cultura/articulos/4207/
La académica Luz Mary Giraldo realizó la antología de cuento y relato nacional más completa de los últimos años.
La colección Cuentos y relatos de la literatura colombiana se inicia con el mito kogi de la creación, y concluye con Frida, cuento para jóvenes de la bogotana Yolanda Reyes. Y en la mitad de la selección, como conclusión del primer tomo, está Gabriel García Márquez, un antes y un después. De principio a fin, este ambicioso compendio contiene más de 90 ejemplos de narrativa breve que atraviesan históricamente las leyendas indígenas, las historias coloniales, el costumbrismo, los primeros intentos de contar la ciudad por medio de la violencia, el erotismo o la imaginación exacerbada.
Nadie mejor que Luz Mary Giraldo para cumplir con la tarea de recopilarlos en dos tomos. Poeta y académica de la Universidad Nacional y de la Pontificia Universidad Javeriana, no sólo ha realizado antologías como Nuevo cuento colombiano (Fondo de Cultura Económica, 1997) y Cuentos caníbales (Alfaguara, 2003), sino que ha explorado como nadie las relaciones entre literatura y mundo urbano, en textos críticos como Ciudades escritas (Convenio Andrés Bello, 2002) y Bogotá narrada (Premio Nacional de Investigación en Literatura, Mención de Honor, 2003).
"Contrario a lo que sintamos respecto a la poesía, nuestro país es tierra de narradores". Luz Mary Giraldo, académica.
La necesidad de una nueva antología que, esta vez, abarcara prácticamente toda la historia nacional desde los tiempos precolombinos hasta hoy, surgió luego de que un editor español le hiciera conocer en Barcelona su percepción acerca de la literatura colombiana. "Me dijo que, contrario a lo que aquí podríamos sentir respecto a la poesía, nuestro país es realmente tierra de narradores", recuerda. En ese sentido, y a pesar de las diferencias cronológicas y estilísticas de los cuentos presentes en la colección, la académica encuentra algo común en todos: su estilo que acusa un gran antecedente de tradición oral, y su tendencia, con pocas excepciones, a la desesperanza o al final triste.
Cuentos y relatos de la literatura colombiana contiene joyas clásicas de la narrativa nacional, como En la diestra de Dios Padre de Tomás Carrasquilla o Que pase el aserrador, de Jesús del Corral; al lado de piezas muy recordadas pero poco leídas como La muerte en la calle de José Félix Fuenmayor o Todos estábamos a la espera, de Álvaro Cepeda Samudio. También se rescatan cuentos de la generación inmediatamente posterior a García Márquez, escritos por Fernando Cruz Kronfly, Luis Fayad, Germán Espinosa o Rodrigo Parra Sandoval, y relatos recientes de los jóvenes Antonio Ungar, Juan Gabriel Vásquez y Ricardo Silva.
De todo lo hallado, lo que más sorprendió a la investigadora fueron las narraciones provenientes del siglo XIX, por su depurado lenguaje. "Eran tiempos en los que todos se sentían con la autoridad suficiente para escribir -explica-, de ahí el esmero por la narración limpia".
Al final, el fruto de cuatro años de investigación se condensa en esta selección del Fondo de Cultura Económica. Un aporte invaluable para entender hacia dónde soplarán los vientos futuros de la narrativa local.
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EL RINCÓN DE LAS PESADILLAS
Revista Cambio http://www.revistacambio.com/html/cultura/articulos/4189/
Gustavo Adolfo Ramírez, curador de la exposición Gabo en Bogotá, recrea la impresión que causó en el Nóbel la lectura de La Metamorfosis y el inédito episodio del subtítulo que inventó para la obra de Kafka.
De los muchos sucesos que conforman el capitulo bogotano de Gabriel García Márquez escritor en ciernes, tal vez uno de los más apasionantes es su encuentro como lector con Franz Kafka, una especie de epifanía de la que no puede hallar un camino de regreso, y prácticamente el momento cumbre en el nacimiento de su férrea e irrevocable decisión de volverse escritor. La historia ha sido contada mil veces. Sólo que mocha y coja, pues se ha omitido un significativo detalle, oculto y olvidado durante 48 años, que ni el propio García Márquez lo recordó para contarlo en sus memorias.
En 1947 García Márquez estudiaba Derecho en la Universidad Nacional. Pero su rasgo distintivo en la vida cultural colombiana era el ser "el último poeta piedracielista". De esa condición daba fe el "reguero" de poemas que había escrito y distribuido generosamente entre sus condiscípulos del Liceo Nacional de Varones, en Zipaquirá. El 31 de diciembre de 1944, en la pagina literaria de El Tiempo, apareció un poema suyo titulado Canción; y tiempo después dos condiscípulos de facultad, Luis Villar Borda y Camilo Torres Restrepo le habían publicado dos poemas más en la pagina universitaria de La Razón, periódico del que García Márquez era ocasional colaborador. Fueron ellos Elegía a la Marisela: geografía celeste y Poema desde un caracol.
Estos "ejercicios", como su propio autor los llama, no le generaron emoción o compromiso. En realidad, de lo que se jactaba era de ser "un gran lector de poesía, de la buena y de la mala". A ello dedicaba sus ratos libres, que eran casi todos, como recuerda en sus memorias:
"Las tardes de los domingos, cuando cerraban la sala de música, mi diversión más fructífera era viajar en los tranvías de vidrios azules, que por cinco centavos giraban sin cesar desde la Plaza de Bolívar hasta la Avenida Chile, y pasar en ellos aquellas tardes de adolescencia que parecían arrastrar una cola interminable de otros muchos domingos perdidos. Lo único que hacía durante aquel viaje de círculos viciosos era leer libros de versos, quizás una cuadra de la ciudad por cada cuadra de versos, hasta que se encendían las primeras luces en la llovizna perpetua. Entonces recorría los cafés taciturnos de los barrios viejos en busca de alguien que me hiciera la caridad de conversar conmigo sobre los poemas que acababa de leer. A veces lo encontraba –siempre un hombre– y nos quedábamos hasta pasada la medianoche en algún cuchitril de mala muerte, rematando las colillas de los cigarrillos que nosotros mismos nos habíamos fumado y hablando de poesía mientras en el resto del mundo la humanidad entera hacía el amor".
García Márquez vivía el olor de poesía en una ciudad que, más que la sede del Gobierno, se le antojaba el lugar donde vivían los poetas. Para él, el mundo les pertenecía.
Kafka era la contundente revelación de que la literatura podía ser la transposición poética de la realidad.
Y así fue, hasta que un compañero de la pensión de estudiantes costeños donde vivía, en el centro de Bogotá –su memoria quiere que haya sido Domingo Manuel Vega, el más generoso de ese grupo solidario de estudiantes de provincia–, llegó con tres libros que recién había comprado. "Me prestó uno al azar, como lo hacía a menudo para ayudarme a dormir. Pero esa vez logró todo lo contrario: nunca más volví a dormir con la placidez de antes. El libro La Metamorfosis de Franz Kafka, en la falsa traducción de Borges publicada por la editorial Losada de Buenos Aires, que definió un camino nuevo para mi vida desde la primera línea, y que hoy es una de las divisas grandes de la literatura universal".
Y así, se encontró con la posibilidad de narrar: "No era necesario demostrar los hechos: bastaba con que el autor lo hubiera escrito para que fuera verdad, sin más pruebas que el poder de su talento y la autoridad de su voz. Era de nuevo Scherezada, pero no en su mundo milenario en el que todo era posible, sino en otro mundo irreparable en el que ya todo se había perdido".
De puño y letra
El joven estudiante pensó que la narración debía ser, en lo sucesivo, lo suyo. En realidad, Kafka le pareció un contador de historias como su abuela Tranquilina Cotes Iguarán, que le contaba las más increíbles historias con una "cara de palo" invencible, en la Aracataca de su infancia. Era la contundente revelación de que la literatura podía ser la transposición poética de la realidad, por más increíble o fantástica que esta fuera: "Al terminar la lectura de La metamorfosis me quedaron las ansias irresistibles de vivir en aquel paraíso ajeno".
Fue una noche a mediados de agosto de 1947 cuando Gabriel García Márquez se dio a aquella lectura determinante. Y he aquí el detalle hasta hoy inédito: el futuro escritor, en ese momento lector conmocionado, subtituló el ejemplar que aún conserva como su gran tesoro otro de los compañeros de esa pensión de estudiantes costeños, Edmundo López Gómez. Gracias a él, y a su celo, se preserva este ejemplar de la segunda edición en español de la novela de Kafka (editorial Losada, 1943), en el que puede leerse en la portadilla, de su puño y letra, un subtítulo: "o el rincón de las pesadillas". Un ejemplar que por primera vez se muestra al público en la exposición Gabo en Bogotá.
Vale la pena recordar que la primera edición en español –traducción y prólogo de Jorge Luis Borges– data de 1938, y fue lanzada como parte de la colección La pajarita de papel dirigida por Guillermo de Torre, cuñado de Borges, y quien, dicho sea de paso, años más tarde rechazaría la publicación de La hojarasca, no sin reconocerle a su autor "un cierto don poético".
Aquel ejemplar que García Márquez leyó con gozo incluye un cuento kafkiano en el que se narra el absurdo al infinito de un mensaje que nunca llega a su destino; como quien dice, la misma historia de El coronel no tiene quién le escriba, sólo que contada muchos años antes por un demonio que desde entonces desveló al Nobel colombiano. Para bien de la Literatura con mayúscula.
Tan pronto concluyó aquella breve pero significativa lectura, el autor se dedicó a leer novelas y, posteriormente, a escribirlas. Decidió que era necesario empezar por el principio, que no era otro que la Biblia, "una autentica y grande novela". Y quiso el arrebato y la vocación desaforada de lector que, apenas nueve meses después, se hubiera embarcado en la lectura del Ulises de Joyce, acción calificada por él como temeraria. Con ese libro debajo del brazo lo sorprendieron los hechos del Bogotazo.
Aquel ejemplar de Ulises sufrió el rigor de marcas y subrayados, hechos en el afán de memorizar párrafos enteros que literalmente recitaba a sus amigos, de la misma manera en que antes declamaba toneladas de versos del Siglo de Oro y de los piedracielistas, pasando por el inefable Gaspar Nuñez de Arce. "Fue el único de todos nosotros que lo leyó en serio; y peor aun: se lo aprendió de memoria" recuerda otro de sus compañeros costeños, Juan B. Fernandez. También García Marquéz devoró en Bogotá a Borges, a D. H. Lawrence, a Huxley, a Graham Greene, a Chesterton y a Katherine Mansfield.
La otra terminante decisión, cómo no, fue la de dejar de escribir lo que él llamaba "versos pendejos", para sentarse a hacer cuentos. Y empezó con La tercera resignación. Pero esa es otra historia.
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'LAS INTERMITENCIAS DE LA MUERTE',
la más reciente novela de José Saramago. Fragmento.
Con la magia de su prosa y su pensamiento, el Premio Nobel aborda en esta ocasión un tema curioso: ¿qué pasaría si se dejara de morir?.
Lecturas El Tiempo; Noviembre 24 de 2005
Texto completo: http://eltiempo.terra.com.co/REVISTAS/lecturas/2005-11-26/ARTICULO-WEB-_NOTA_INTERIOR-2624231.html
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POESIA COMPLETA. JOSE SARAMAGO. Ed. Alfaguara. 637 páginas.
Semana Libros No . 4 *** . Noviembre 27, 2.005. Pág. 65. Reseña por GONZALO MALLARINO
Esta edición de la poesía completa del Nobel de Literatura José Saramago, contiene los poemas escritos y publicados durante 40 años, desde finales de los 60 cuando apareció Los poemas posibles, hasta estos años, época a la cual pertenece 'El Año de 1.993'. Salvo la más reciente, que está escrita en verso libre, se trata de poesía compuesta en las formas clásicas, observando la rima y la métrica de la tradición y el canon. Sus asuntos son los que estremecen a todo verdadero hombre de letras, a todo artista y particularmente a uno como Sararnago, tan genuino y tan hondo: el amor, la vida y la muerte, su patria, su gente, su desesperanza y su perplejidad, sus incertidumbres, sus constataciones íntimas, impostergables.
Sararnago es uno de los novelistas más grandes de la literatura. Para algunos El Año de la muerte de Ricardo Reís está entre las dos o tres novelas más bellas del siglo XX. ¿Será también uno de los grandes poetas de la época? Los lectores entreverán una respuesta en el prólogo, escrito por el propio portugués. Se necesita tener la lucidez del propio Sararnago para convocar al lector como lo hace él, para instarlo como lo hace él, a acercarse a sus versos con cautela.
La poesía de Saramago es de gran belleza formal, de bello pulimento, de noble inteligencia y pensamiento, pero tal vez Saramago no es uno de los poetas cuyo libro uno echaría en la alforja para un viaje definitivo. Como echaría a Machado o a Lorca, o al propio Neruda; o como llevaría a T.S Eliot, para hablar de un poeta en lengua inglesa que simplemente definió la poesía del siglo XX; o a Fernando Pessoa (1) , para hablar de un poeta también portugués, que nos conmueve y nos afecta hasta las lágrimas.
Tal vez d mismo Saramago nos quiere decir esto desde el prólogo. Y es que en verdad su poesía nos admira más que nos toca, más que nos hace sentir o doler o ansiar y esperar. Claro que hay mil cosas bellas en el libro, pero no pocas veces encontramos esta poesía ajena, fría. Y el origen de esto no está en el hecho de que se trate de una traducción. Honradamente, la gran poesía de Saramago debemos buscarla donde siempre ha estado: en sus novelas, en sus inconmensurablemente bellas novelas.
NoTiCas … de NTC …:
(1) GACETA de EL PAIS de Nov. 27, 2.005 está dedicada a Fernando Pessoa
Personaje .El poeta que no tuvo mañana . El 30 de noviembre de 1935, hace 70 años, murió Fernando Pessoa, uno de los grandes de la poesía portuguesa. Una personalidad múltiple que dio vida a numerosos personajes que ‘escribían’ por él. El hombre al que le dolía terminar todo.
Texto completo, poemas y narrativa en : http://elpais-cali.terra.com.co/DOM/GAC/gace1.html
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*** Semana Libros No . 4. CARTA AL LECTOR
Semana Libros No . 4. Noviembre 27, 2.005. 98 páginas. Esta revista viene con el número normal de la revista de esta semana.
http://semana.terra.com.co/imagesSemana/especiales/libros4/carta.htm
Cuatro números de SEMANA LIBROS. Cuatro números en dos años. Esta es una cifra que, según la forma en que se mire, puede resultar alentadora o insatisfactoria. Alentadora, si se tiene en cuenta que el aspecto más difícil de una publicación de carácter cultural es el de asegurar su continuidad: es relativamente fácil fundar una revista y sacar un primer número, lo difícil, el verdadero desafío, consiste en que ese propósito se consolide en el tiempo.
Cuatro números, desde luego, son satisfactorios. Se puede hablar de una revista que existe, de una identidad y de un estilo. Se puede volver la mirada y hacer un pequeño balance. Pero, desde la perspectiva del largo plazo, poco significan. El reto de su continuidad está ahí, latente, y el peligro de su desaparición sigue siendo un fantasma real. Por fortuna, el mensaje de los lectores y los editores –cómplices indispensables en esta aventura– ha sido claro e inequívoco: seguir adelante con SEMANA LIBROS e inclusive, pensar en aumentar su periodicidad. Una petición que sin duda será evaluada en el próximo año, no sólo por venir de quienes vienen sino porque siempre hemos creído que la importante producción bibliográfica colombiana así lo amerita.
Hemos dicho –y no nos cansaremos de repetirlo– que el libro necesita acompañamiento, debate, divulgación. Si no llega el lector que le dé vida, el libro no pasa de ser un mero objeto inútil. Como la bella durmiente, el libro está a la espera del príncipe que lo despierte. Pero el encuentro entre el libro y el lector muchas veces depende del azar: puede retardarse, puede no llegar a ocurrir. La noticia de su aparición, el comentario oportuno, su visibilidad, ayudan a propiciar ese encuentro, a no dejarlo en manos de un simple capricho del destino.
Promover relaciones enriquecedoras no es la única tarea de una publicación dedicada al mundo de los libros. Ante la cada vez más creciente oferta de títulos, resulta indispensable tener una guía confiable –con un criterio independiente– que nos ayude a decidir.
Literatura, fútbol, boxeo, política, cine, periodismo: un amplio espectro de temas interesantes les ofrece a los lectores esta edición de SEMANA LIBROS. Temas en apariencia distintos unidos por una sola y única razón: todos ellos tienen que ver con un libro.
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«Ce moment où je parle est déjà loin de moi».
(«Este momento en que hablo ya está lejos de mí»). (1)
“…
Borges odiaba que le hablaran de política: era un tema fugaz del que se ocupaban seres fugaces; un tema demasiado mortal para un inmortal como él. Recuerdo haberle preguntado qué verso consideraba especialmente bueno en la literatura universal. Me contestó que, a su juicio, el más logrado de todos los que había leído en su vida era un verso de un poeta francés, más bien desconocido. El poeta era Boileau y el verso retrataba, en muy pocas palabras, la intemporalidad de la vida y esa conciencia lúcida de perención del Borges inmortal, que siempre dijo que “el hombre olvida que es un muerto que conversa con muertos”. El verso de Boileau era el siguiente y lo recuerdo literalmente desde entonces:
«Ce moment où je parle est déjà loin de moi».
(«Este momento en que hablo ya está lejos de mí»).
Nunca olvidaré ese verso memorable, que con tanta exactitud y angustia describe la velocidad indetenible con que en la vida y en la palabra se nos escapa el tiempo.
…”
(1) Tomado “BORGES y el escrúpulo de los alquimistas” por Luis Sorzano de Texala. Revista Número # 27, Dic. 2.000 –Feb. 2.001. pág. 63.
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NoTiCas … de NTC …:
1.- La cita de Borges se encuentra también en :
L´entretien Borges/Ramón Chao . Publié par Patrick le Dimanche 20 mars 2005
ENTRETIEN AVEC JORGE LUIS BORGES
PAR RAMÓN CHAO. PARU DANS LE MONDE DIPLOMATIQUE
http://www.monde-diplomatique.fr/2001/08/CHAO/15501 y en http://blog.argentine-news.com/?page_id=179
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Cela reste à voir. Vous avez écrit, ou dit : « L’éternité me guette. »
L’immortalité personnelle est incroyable, comme la mort personnelle, d’ailleurs. Je pense que j’avais fait une paraphrase du vers de Verlaine « Et tout le reste n’est que littérature ». Attention, je ne suis responsable ni de ce que j’ai pu dire, ni de ce que je dis en ce moment. Les choses changent sans cesse et nous aussi. Je ne vais pas vous citer la célèbre phrase d’Héraclite sur la rivière qui change, mais un vers de Boileau : « Le moment dans lequel je vous parle est déjà loin de moi. »
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2.- El verso de Nicolas BOILEAU (1636-1711) se encuentra en el poema “A M. Arnauld” en http://poesie.webnet.fr/poemes/France/boileau/5.html
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3.- La pensée de Virgile se retrouve dans ce vers de Perse : Hoc quod loquor inde est (traduit ainsi par Boileau : Le moment où je parle est déjà loin de moi). http://www.abnihilo.com/f/fu_b.htm
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4.- Persio, Saturae, 5, 135. http://inicia.es/de/aforismos/aforismos_3_51_75.htm#Fugit%20hora
”Indulge genio, carpamus dulcia, nostrum est
quod vivis! Cinis et manes et fabula fies!
vive memor leti! Fugit hora, hoc quod loquor inde est

Entrégate al Genio, elijamos las cosas agradables, es de cada uno lo que cada uno vive! Llegarás a ser ceniza, y cuerpo muerto y fábula! Vive acordándote de la muerte! La hora se escapa. Este momento en que estoy hablando ya es pasado.
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