lunes, julio 31, 2006

NTC ... 218. Febrero 22, 2.006

NTC ... 218
Nos Topamos Con ... Año 6. Cali, Febrero 22, 2.006
ntc@andinet.com , ntcgra@gmail.com

AURELIO ARTURO
100 AÑOS
HOY, FEBRERO 22

AURELIO ARTURO, EL VENTEÑO, EL POETA
La Unión, Nariño, Jueves, Feb. 22, 1.906, 8AM – Bogotá, Sábado, 23 de Noviembre de 1.974, 1 PM
HOMENAJES Y MEMORIAS

INVITACIÓN A LEER O RELEER
-.1.-
Los 13 poemas aparecidos en el libro “Morada al Sur”, 1963, y otros de Arturo en: http://www.poeticas.com.ar/Biblioteca/Morada_al_sur/moradaindice.html Grupo Editorial Norma
Colección Cara y Cruz, Santa Fe de Bogotá, Colombia, 1992
-.2.-
“AURELIO ARTURO, obra (y vida) poética completa.” Colección Archivo de la UNESCO No. 57, 2.003, en coedición con la Universidad de Antioquia. Reseña, contenido y venta por internet de este libro en: http://www.editorialudea.com/novedades/arturo.html y en
http://publishing.unesco.org/details.aspx?Code_Livre=4080
-. 3 .-
Morada a Sur, Universidad Externado de Colombia, colección “Un libro por centavos” En Julio de 2004, tiraje de 13.500 ejemplares y un con contenido igual al publicado por primera vez en 1.963. Reseña, contenido y venta por internet de este libro en: http://www.librosuexternado.com/index.php?cPath=25
http://www.librosuexternado.com/product_info.php?cPath=25&products_id=718

ALGUNAS POCAS WEBS SOBRE EL POETA
1.- Aurelio Arturo en la web de La Unión Nariño:
http://bennyhills.fortunecity.com/radner/140/launion/personajes.html#Aurelio
( La Unión, Nariño, página web: http://pagina.de/launion-nar
http://bennyhills.fortunecity.com/radner/140/launion/historia.html )
2.- Aurelio Arturo en Arquitrave:
http://www.arquitrave.com/Aurelio_Arturo_web.htm Biografía, Crítica, galería, poemas
Aurelio Arturo en Gaceta (El pais, Cali)
3.- http://elpais-cali.terra.com.co/historico/nov142004/GAC/gac1.html texto del poeta Horacio Benavides. Poemas. Pinturas del Maestro Eduardo Villamizar
4.- http://eltiempo.terra.com.co/REVISTAS/lecturas/2006-02-18/index.html LECTURAS FIN DE SEMANA, EL TIEMPO, Febrero 19, 2.006. Número especial dedicado a AURELIO ARTURO con valiosa y abundante información: Homenaje al poeta Aurelio Arturo (1906 - 1974) El 22 de febrero del presente año, se conmemora el centenario del nacimiento de uno de los más grandes poetas colombianos de todos los tiempos. más» Hitos de la vida y obra de Arturo. Así fue la vida de Aurelio Arturo. Escritores y amigos de Arturo opinan sobre su poesía. Elvira Arturo hace el retrato íntimo de su padre. Estos son los ocho primeros poemas de los trece que compusieron la primera edición de su único libro Aurelio Arturo, "una voz aislada, única en nuestra literatura" . Actos conmemorativos para celebrar el centenario del nacimiento de Arturo.

ALGUNOS TEXTOS RECIENTES SOBRE AURELIO ARTURO

AURELIO ARTURO. El silencioso trascender de un poeta
El 22 de febrero se cumple un siglo del nacimiento de Aurelio Arturo
Fernando Araújo Vélez
EL ESPECTADOR, Febrero 18, 2.006 http://www.elespectador.com/html/i_portals/index.php
Eran sus ojos de niño extasiado, obnubilados cuando ella tocaba en las tardes el piano, los que fueron convenciendo a su madre de que Aurelio no era como todos los otros niños, porque parecían mirarla cuando en realidad miraban mucho más allá de un simple piano o de sus finas manos. Tal vez, solía decir ella, lo que veía el niño era la pesada escena del piano cargado por los indios que a veces se daban una vuelta por La Unión.
Ellos lo habían llevado casi sobre sus espaldas, pero el niño había relatado la historia a su manera y contaba que había sido uno solo el que lo había cargado. Una de aquellas tardes su padre lo reprendió por sus reiterados inventos, pues también creaba historias sobre él, sobre una niñera negra hija de los tiempos de la esclavitud, sobre su madre y sobre los silencios: “Ahora el silencio, un silencio duro, sin manantiales, sin retamas, sin frescura, un silencio que persiste y se ahonda aun detrás del estrépito de las ciudades que se derrumban”, escribiría muchos años después. Entonces su madre dijo: “Déjalo que mienta, mi amor, y será poeta”.
Era poeta sin haber escrito nada cuando partió hacia Pasto para estudiar su bachillerato con los Jesuitas. Leía, soñaba, seguía inventando, pero el mundo ideal que él había formado, se quebró con la muerte de su madre, cuando acababa de cumplir 18 años. Ese fue el gran detonante para que Aurelio Arturo decidiera que necesitaba otra ciudad, otras personas, tal vez un amor. Una madrugada a finales del año 25 se marchó a escondidas de su padre hacia Bogotá. Lo hizo a caballo, aunque su padre lo había presentido, pues le envió algunos de sus peones para que lo protegieran en el camino.
Igual, su ruptura con el pasado era un hecho. Comenzó a escribir versos, y en sus versos, a entender la importancia de la nostalgia. Como escribiría el ensayista Óscar Torres Duque, esta nueva etapa estaba “marcada por la nostalgia, mas no por el desarraigo; por la cotidianidad urbana, dividida entre los estudios de Derecho —y luego una infinita sucesión de cargos públicos— y el ejercicio literario —casi exclusivamente poético— con muy escasos acercamientos a los grupos y medios de divulgación”.
Callado, casi invisible, empezó a recorrer su camino de poeta sin decirle jamás a nadie que era poeta, pues ese jamás podía ser un simple título. Escribió 30 poemas y un solo libro, “una de las cumbres de la poesía colombiana contemporánea”, según Torres Duque, y ya como estudiante en el Externado, publicó sus primeras obras en la revista Universidad, que dirigía por aquel entonces Germán Arciniegas. Allí publicó, en 1928, La Vela y Balada de Max Caparroja, dos poemas que luego desechó. Una semana después de haber publicado Morada al Sur, pleno 1963, y con su eterno cigarrillo en la mano izquierda, diría que “No fueron lo suficientemente dignos”.
Por aquellos años, Arturo escribió el único cuento que se le conoció, Desiderio Landínez. Dos años más tarde, en el 31, Rafael Maya lo confirmó ante la sociedad literaria al incluir varios poemas suyos en su revista Crónica Literaria, pero él no se creyó la historia, más allá de los elogios y de las reiteradas invitaciones que le hacían los jóvenes poetas de entonces, quienes empezaban a ser conocidos como piedracelistas. Pasados algunos años, hubo críticos que lo incluyeron en este grupo. No obstante, Aurelio Arturo nunca publicó una letra en los cuadernos de Piedra y Cielo. Su obra tampoco tenía que ver con los postulados de aquella generación. Él era un hombre aparte, muy alejado de los salones y los espejos, un hombre de silencios, enamorado de su pasado, de sus propias invenciones, de los recuerdos de sus padres y de la lucha de los trabajadores. Un poeta, en fin, que iba por la vida haciendo hasta lo imposible para no parecerlo.
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Aurelio Arturo, mañana (HOY) se cumplen cien años del nacimiento
del escritor nariñense.
EL TIEMPO, Febrero 21 , 2.006 http://eltiempo.terra.com.co/cult/2006-02-21/ARTICULO-WEB-_NOTA_INTERIOR-2753366.html
Foto: http://eltiempo.terra.com.co/cult/2006-02-21/IMAGEN/IMAGEN-2754061-0. Graduado en Derecho en la Universidad Externado, Arturo compartió su trabajo de juez y magistrado con el de las letras. Archivo / EL TIEMPO
Nacido el 22 de febrero de 1906, el autor de 'Morada al sur' fue uno de los mejores y más desconocidos poetas colombianos.
Que es uno de los mejores se comprueba con su obra, reunida en un libro bajo el título Morada al sur. Que es de los menos conocidos... ¿Qué sabemos de Marco Aurelio Arturo Martínez?
En general muy poco se conoce de este poeta, Aurelio Arturo, que nació en La Unión (Nariño) en 1906 y en 1925 llegó a Bogotá a estudiar Derecho en la Universidad Externado, profesión a la que le entregó su vida (fue juez y magistrado).
Tímido, de ojos verdes, vestido siempre de traje formal y corbatín, Arturo se caracterizó entre quienes lo rodeaban por sus silencios.
Aunque pocas veces regresó a su tierra natal, La Unión de su infancia y de su juventud habita toda su poesía.
Sus primeros versos se conocieron cuando ya residía en Bogotá. Venciendo la timidez, en 1931, con 25 años, Arturo llegó a la oficina del crítico y poeta Rafael Maya –que entonces dirigía el suplemento literario del diario El País– y le mostró sus poemas. Maya reconoció pronto su talento y, entusiasmado, lo publicó.
Pasaron unos cuantos años para que los lectores volvieran a tener noticias suyas. Mientras el medio literario lo catalogaba como una estrella promisoria, Arturo se guardaba en su casa, en sus libros, en su familia y en su trabajo, que además del Derecho incluía la traducción. Aprendió de manera autodidacta griego, francés, italiano e inglés.
Si bien Arturo frecuentaba las tertulias literarias que se hicieron famosas en los cafés bogotanos de mediados del siglo pasado (en compañía de poetas y amigos como Rogelio Echavarría y Giovanni Quessep), él prefería la soledad.
Esa soledad (o mejor, ese retiro del muchas veces ruidoso mundo de las letras) en la que el poeta siempre tuvo la cercanía de su esposa, sus cinco hijos y sus libros vitales, como El Quijote, que mantuvo a su lado en su mesa de noche.
Luego de ver publicados esporádicamente sus versos en revistas literarias, en 1963 la revista Eco publicó Canciones, que reunió 13 poemas (a los cuales Aurelio Arturo les había entregado sus días y sus noches desde 1931).
Con este libro obtuvo el Premio Nacional de Poesía Guillermo Valencia.
"He escrito un viento, un soplo vivo del viento entre fragancias, entre hierbas mágicas; he narrado el viento; sólo un poco de viento...".
Este verso pertenece a Morada al sur, quizá el más conocido de sus poemas y el que le dio título al único libro que reunió su breve obra (cuya primera edición hizo el Ministerio de Educación en 1963).
"El lugar de su poética es un lugar mágico. Un soplo de encantamiento lo ha fijado y anima cada uno de sus momentos. (...) Arturo trabaja la palabra musicalmente –su textura, su ritmo–, para modular el hálito, el hechizado ‘soplo del viento’", escribió José Manuel Arango.
Su personalidad le impidió ser una de esas figuras de las letras que figuran en los medios de comunicación y aparecen en las páginas sociales. No era su propósito ser reconocido, quizá ni en su presente y tampoco en el futuro. Pero lo que escribió resulta imposible de ser olvidado.
Las primeras ediciones de sus poemas no son fáciles de conseguir. Pero quien quiera conocer su obra puede hacerse a sus poemas en libros como el editado por la colección Cara y Cruz (Norma, 1992).
Con la lectura de versos como Interludio, Remota luz o Silencio puede descubrirse por qué este hombre sobrio, que murió en Bogotá en 1974 víctima de aneurisma, es uno de los grandes poetas del país.
Su legado
ÁLVARO MUTIS, Poeta y novelista
"Su poesía me atrajo por su ámbito de nostalgia y al mismo tiempo su rigor y transparencia"
FERNANDO CHARRY LARA, Poeta y crítico
"El acento de su poesía se admiró desde el primer momento por la rara combinación que logra de misterioso entresueño y melodía secreta".
WILLIAM OSPINA, Novelista y Ensayista
"(Su obra) no es sólo la más breve de nuestra literatura: es acaso también la única imprescindible en su totalidad, la única disfrutable palabra a palabra".
RAFAEL GUTIÉRREZ GIRARDOT, Crítico y ensayista
"(Arturo) posee un lenguaje que tiene la misma fuerza nominativa que el de Darío, es decir que bautiza las cosas nombradas".
De sus versos
“Yo amé un país que me es una doncella, un rumor hondo, un fluir sin fin, un árbol suave".
Canción de la noche callada
En su memoria
Manuscritos y fotos
Los actos conmemorativos en honor a Arturo abren con la exposición iconográfica que reúne manuscritos, fotos inéditas y objetos del poeta. La muestra podrá verse hasta el 15 de marzo en la Casa de Poesía Silva, en Bogotá.
'La alegría de leer a Arturo'
Poetas y público en general leerán mañana ‘Morada al sur’. Luego se hará una semblanza de Arturo, a cargo de Harold Alvarado T. En la Biblioteca Nacional, 5 p.m.
Café con nombre de poeta
En el municipio de La Unión, donde nació Aurelio Arturo, se realizarán también varios homenajes en su nombre. Hoy se hará uno, organizado por la Fundación Aurelio Arturo Martínez, la Alcaldía y la Casa de Cultura.
Mañana, también en La Unión, la Federación Nacional de Cafeteros hará la presentación del café ‘Aurelio Arturo’. El acto será presidido por el gerente de la federación, Gabriel Silva.
En marzo empezará a circular un facsimilar de ‘Morada al sur’.
El escritor William Ospina leerá el, 2 de marzo, poemas de Arturo en la Casa de Poesía Silva.
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AURELIO ARTURO reconocido, visto y recordado por algunos de sus pares (1):
DE: Imaginación y oficio. Conversaciones con seis poetas colombianos, Piedad Bonnett. Editorial Universidad de Antioquia, 2.003.
http://www.editorialudea.com/publicacionesanteriores/imaginacionyoficio.html
Escaneó : NTC ...
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Fernando Charry Lara.... 1.920 – 2.004
“Conocí a Aurelio Arturo en un juzgado, porque era juez permanente. ...Aurelio... (era) el ser más silencioso que se pueda uno imaginar. No hablaba sino monosílabos. Muy inteligente y culto. Y un hombre especialmente sensual, sensualísimo. ... . Aurelio era muy mujeriego... Pero de amadas pasajeras. Le encantaba ir a un café, ver a las meseras bonitas; gozaba mucho con eso. Paradójicamente, no tomaba trago. .... (Era un hedonista) No sólo con las mujeres. Amaba los libros, era un gran lector. Era amigo de Gilberto Owen, el poeta mexicano, que fue quien lo introdujo en la lectura de poetas ingleses y norteamericanos. .... . ... aprendió inglés, e incluso trabajó en la Embajada Americana un tiempo. .... Aurelio, ... me parece un poeta de mucha expresividad en su lenguaje.”

Giovanni Quessep 1.939 –
“... Aurelio Arturo es un discípulo de Silva, un discípulo genial, digámoslo así. Parece que todos esos nocturnos de Arturo salieran del Nocturno "Una noche". Todos los elementos de la poesía de Silva están allí, magistralmente tomados y recreados. Lo mismo en Charry, aunque Charry también tiene influencia directa de Arturo. (En mi poesía ) Está la sombra de Aurelio en algunos momentos, eso es muy claro, y la del mismo Fernando. Uno no tiene por qué, negar sus influencias, uno debe sentirse muy honrado de esas influencias.
Aurelio Arturo era "luminoso y profundo", como dice Darío de Machado, y era hombre de buena fe. Iba a mi apartamento, caminábamos por ahí, íbamos a almorzar a la Romana, allá junto a El Tiempo. Se reunía todos los sábados con nosotros en la cafetería Colonial de la carrera trece, frente al teatro Lucía. También iban Fernando Charry Lara, Juan Gustavo Cobo Borda, Augusto Pinilla, Jaime García Mama. "Llámeme" me decía. Aurelio murió en el 74. Un día estaba yo frente al teatro Gaitán con Lilia, la Lilia de León de Greiff, y pasó Aurelio, que iba a ver una película con Greta Garbo; nos saludamos: "Llámeme", me dijo; yo no lo llamé y a los cuatro días se murió. Cuatro días habían pasado cuando me llamó uno de sus hijos a darme la noticia. (Hoy eso te produce dolor...) Sí claro. Porque lo queríamos. Era un hombre bueno. Te decía que íbamos a la cafetería Colonial a conversar, y él tomaba té, nada más. Aunque era muy silencioso, me aconsejaba.
¿ Qué te aconsejaba?
Me aconsejaba mucho sobre las lecturas. Arturo me recomendaba: "Lea a los poetas ingleses, que son los mejores del mundo". "La mejor poesía que hay en el mundo", me decía, "es la inglesa". Arturo adoraba a Dylan Thomas. Y hay algo de Dylan Thomas en Arturo, esa aura mágica del paisaje de Aurelio. Por él también llegué, fíjate, a un poema que es el Orlando Furioso. Él me dijo: "Vaya a la Librería Buchholz y allá encuentra el Orlando Furioso en tal rincón. Yo no lo compré porque la letra es muy pequeña para mí". Dante le fascinaba. Petrarca no le gustaba mucho porque decía que era muy blando, opinión que nunca compartí. Te voy a contar esta anécdota bellísima: yo estaba dando un curso sobre La divina comedia, ya había muerto Arturo, y a mi curso asistía Elvira Arturo, hija de Aurelio. Cuando salimos de clase me dijo: "Profesor, quiero mostrarle algo". "A ver qué será, qué se te ofrece". Entonces sacó un libro negro chiquito y era una edición viejísima de los primeros comentarios que se hicieron a La divina comdia, lo que Boccaccio dijo en los púlpitos; porque Boccaccio interpretaba La divina comedia en los púlpitos en Florencia: este era un texto tan sagrado que se interpretaba al lado de las Sagradas Escrituras. En el libro había un papelito chiquito, y era un soneto escrito a máquina, y en letra de Arturo decía: "Este soneto me ha acompañado treinta años de mi vida". Era el mejor soneto de Dante, aquel que dice: Tanto gentile e tanto onesta pare / la donna mia quando' ella altrui saluta,... / ...
Me llama mucho la atención, porque hay elementos en la poesía de Arturo que lo acercan un poco a ese tipo de presencias. Perdona que te dijera ese soneto en italiano; pero me emocioné al recordar a Aurelio de nuevo.
(No, precioso, lindísimo. Ahora, dime, Giovanni, el nombre de cinco poetas de este siglo que, aparte de Aurelio , te parezcan absolutamente fundamentales en la poesía colombiana.) Aparte de Arturo... De Greiff, Fernando Charry Lara, también Álvaro Mutis; Eduardo Carranza y Porfirio. Barba Jacob tienen poemas impresionantes. Eso pienso yo, pero es muy difícil que la gente esté de acuerdo en ese tipo de cosas.” (Finalmente, Giovanni, ¿qué ha sido para ti la escritura?) ¿Sabes que? La más bella forma de no morir.

Juan Manuel Roca 1.946 - ... (Premio Nacional de Poesía 2.004)
(Dentro de esa tradición colombiana, quizás un poco escasa ¿quisieras escoger tres nombres que consideres imprescindibles, definitivos?) Pues, yo diría que, obviamente, José Asunción Silva. Me parece que es el poeta que inicia la modernidad en Colombia y a quien se le deben algunos poemas de los cuales despega buena parte de la lírica posterior realizada en Colombia y no pocas veces en América Latina. Otro nombre indiscutible para mí es Aurelio Arturo: es el poeta más hondamente musical de este país, el poeta más decantado dentro de su lirismo, con un mayor ascetismo en el lenguaje, un poeta definitivo para Colombia.
(¿De todos los poetas colombianos cuál consideras que es tu verdadero maestro?) Yo diría que Aurelio Arturo, sobre todo por el ritmo. Me parece que la poesía de Aurelio Arturo es música... Por la manera tan elusiva y tan discreta de crear imágenes, porque, de alguna manera, es el único poeta que, asumiendo casi en la totalidad de su obra el tema del paisaje, lo hace de una manera que no es costumbrista ni paisajista sino que corresponde también a un paisaje interior, a un país interior que logra descifrar. Yo diría que el poeta que mejor menciona al país, el que mejor se asoma a él y lo logra traducir a palabras, es Aurelio Arturo. y encuentro que las lecturas de Aurelio Arturo, no solamente la de los poetas ingleses, sino, por ejemplo, la de Milosz, poeta a quien le debe mucho, inclusive en cierta aproximación a una preocupación casi sagrada por la palabra, lo hace el poeta más orgánico, más totalizante en su obra, que haya conocido Colombia.
(En la poesía más contemporánea ¿reconocerías algunas vertientes susceptibles de definición y podrías inscribirte en alguna de ellas?) Yo creo que sí hay algunas vertientes más o menos claras: que hay una vertiente, digamos, coloquial, que intenta atrapar lo cotidiano a través de la palabra, que propone un prosaísmo a propósito, a la cual muy difícil- mente yo me vinculo. Que hay otra vertiente de una poesía intimista, de un lirismo muy puro y muy decantado que quizá venga de la tradición de Aurelio Arturo y de Fernando Charry Lara, una vertiente que respeto mucho pero en la cual tampoco me involucraría. En la última mencionada estarían, por ejemplo, Giovanni Quessep y Jaime García Mafia, fundamentalmente.
( De acuerdo con todo esto, ¿sientes que tu poesía es cercana a la de otros poetas colombianos, o te sientes una figura, más bien aislada?) Hay poetas colombianos cuya obra me gusta mucho, que me seducen, y sin embargo no los siento para nada cercanos. Por ejemplo, yo creo que Aurelio Arturo me influenció, pero no de una forma que resulte evidente en lo que yo escribo, no con la influencia que satura un lenguaje y lo hace mimético en relación con su maestro, sino que me enseñó a crear atmósferas, a sentir los silencios que hay en su poesía.
Hay que ... pensar en estas palabras de Blanchot: "Guardar silencio es lo que sin saberlo queremos todos al escribir".

Darío Jaramillo Agudelo 1.947 - ...
“... Ahora, aún con toda la visión de la pobreza -y a lo mejor uno pertenece a ella- hay textos de la poesía colombiana que me encantan. Me encantan algunos poemas de Silva, y me encanta Aurelio Anuro, y creo que hay una parte de León de Greiff muy interesante y me parecen muy buenos poetas Mutis y el Gaitán Durán de Amantes, y el Jaime Jaramillo Escobar de los Poemas de la ofensa, y los poemas urbanos de Mario Rivero, y José Manuel Arango, que me parece un poeta notabilísimo, excelente... y Elkin Restrepo, María Mercedes Carranza. y hay gente joven muy buena que también podría seguir mencionando.”

José Manuel Arango 1.937 – 2.002
Yo creo que la oscilación que se ve en la poesía de hoy -lo ya es de ayer?- entre antipoesía y búsqueda de caminos más oblicuos o secretos para celebrar, eso estaba ya en Silva. Por lo demás, de él viene una línea, una como corriente subterránea de música que pasa por Aurelio Arturo --otro poeta que todos queremos-, que continúa con Charrry Lara y Rogelio Echavarría, que llega a Giovanni Quessep. Aunque los mundos de todos ellos son muy diferentes, todos comparten, creo, ese oído para la música de la palabra.

Rogerio Echavaría 1.926 - ...
Aurelio Arturo... Fue mi "padre y maestro mágico". Lo conocí como funcionario judicial cuando me rescató una colección de obras completas de García Lorca que me había ganado en un campeonato de bolos y que la dueña de una pensión me había retenido porque me fui sin pagarle (pues no se había cumplido el mes y, por tanto, no me habían pagado a mí). Fuera de tan prosaico incidente, a Aurelio lo leí maravillado en su cuaderno de Cántico y más me sorprendí, felizmente, con su permanente estímulo, lecciones y ejemplo. Cuando murió escribía un prólogo para la segunda edición de El transeúnte. Y no me dejaba corregir mis poemas, pues prefería esa "espontaneidad iluminada", ese misterio que no debe ser aclarado "para que no huya la poesía... esa sombra!" -como lo dije después intentando una poética:"
(¿Recuerdas un elogio verdaderamente estimulante que te hayan hecho? .) Muchos, que agradezco profundamente y que nunca olvido. Entre los que no son confidenciales, y perdónese me la falsa modestia contra la cual conspira tu amistoso reportaje, están los que figuran en el libro que hace parte del premio a la obra de una vida que me dio la Universidad de Antioquia. Pero hay un caso que no puedo esquivar, pues todos los amigos lo saben: el maestro Aurelio Arturo me estimuló desde cuando conoció mis primeros versos, escribió sobre ellos para su revista literaria Voces del mundo que se transmitió por radio, y me publicó en 1964 la primera edición de El transeúnte cuando fue director de Extensión Cultural del Ministerio de Educación. (Siempre me había regañado paternalmente por no haberlo publicado cuando lo escribí, en 1948). Pero aquí no termina todo; cuando salieron de la Imprenta Nacional los dos libros que Fernando Arbeláez, su antecesor, había dejado listos (Canto llano y Panorama de la poesía colombiana) y El transeúnte, los llevó Aurelio de carrera, personalmente, a la Academia de la Lengua, pues era el último día para participar en el con- curso por el Premio Guillermo Valencia (que ganó Fernando). Aurelio se sintió frustrado, como si mi libro hubiera sido suyo, y yo disgustado, pues no quería participar en ningún concurso. Finalmente, cuando supo que Colcultura iba a publicar una nueva edición de El transeúnte, me aconsejó que le agregara unos escasos poemas que yo había escrito últimamente y me ofreció, con espontaneidad que me dejó estupefacto, escribir el prólogo "que me había quedado debiendo" por la urgencia con que tuvo que proceder al hacerme el libro. Para gran dolor y frustración, desde luego que no sólo por eso, falleció antes de terminarlo. Días después, su hijo Gilberto me entregó unos manuscritos que eran indudablemente parte del prólogo pero que no pudimos "traducir" ni Gilberto, ni Juan Gustavo Coba, director de la nueva edición, ni yo. Ellos estaban familiarizados con su caligrafía, pero los apuntes aparecían como en una extraña taquigrafía, que sólo su autor podía haber revelado. Rescatamos un párrafo, que es el que ha sido citado frecuentemente por quienes se han referido a mi poesía.
(¿Qué le debes a la poesía?) Debo a la poesía el haberle dado sentido y profundidad a mi existencia y la oportunidad de conocer y amar, en el sueño y en la vigilia de la realidad, en mis días gozosos o en los tristes y ordinarios, a tantos seres extraordinarios...
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Fernando Garavito, jotamosca@hotmail.com
DE: POESIA COMPLETA y cinco poemas inéditos , MARIA MERCEDES CARRANZA, Alfaguara, Mincultura, Casa de Poesía Silva, Primera edición , Junio 2.004. Prólogo de Fernando Garavito.
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Afuera quedaban otros escritores, incomprensibles para la mayoría, que trataban de escapar de los moldes señalados por la Generación del 27 Y de abrir las ventanas hacia otras vertientes y latitudes. Ya habían sido desbordados poetas esenciales, como Rafael Maya, de un clasicismo escueto y sobrio; o Germán Pardo García, exiliado en México y, por desgracia para su extraordinaria poesía inicial, en la grandilocuencia; o Aurelio Arturo, contemporáneo de Piedra y Cielo, pero separado de los miembros de ese movimiento por cotas de comprensión sobre el fenómeno literario, y con una aproximación insular a la gran poesía de ese momento en el que, allende las fronteras de un país aislado como Colombia, reinaban Eliot antes que Machado, y Pound antes que Dámaso Alonso, y D. H. Lawrence antes que Gerardo Diego. Como Pound ("Yo digo lo que digo para cuatro personas. / Algunos más alcanzarán a oírme.. .") (cito de memoria), Arturo escribió para cuatro personas pero su semilla fructificó con el tiempo hasta convertirse en un inmenso árbol que da sombra al panorama poético de su tiempo. Entre tanto, León De Greiff, con sus raíces fuertemente atadas en la poesía francesa de los años finales del siglo XIX, construía su laberinto bajo la mirada solidaria de un país que no entendía las elucubraciones de Beremundo, el lelo, pero que amaba la música que se desprendía de sus palabras y gustaba de su actitud huraña y solitaria, y Luis Vidales miraba más allá del lúdico y sorprendente universo de Suenan timbres, y resbalaba de vez en cuando en una poesía de contenido proletario, que pese a las condiciones sociales y económicas del país nunca llegó a calar en la conciencia colectiva.
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Carlos Vidales, http://hem.bredband.net/rivvid/ , carlos@bredband.net , Estolcolmo, Noviembre 2.004, mail a GACETA.
“Arturo, tímido, íntimo en su retraimiento, es una de las voces más límpidas y puras de la poesía colombiana del siglo XX.
Encuentro un gran parentesco entre los poemas de Luis Vidales (1.904 –1.990) y los de Aurelio Arturo (1.906 – 1.974) en la década del 20. Especialmente la metaforización proletaria de los martillos, los proletarios, y la fascinación por Lenin, común en ambos y en Luis Tejada. Igualmente hay un claro esfuerzo por escribir en un “lenguaje fraternal y semejante a la hierba por su sencillez", como dice el propio Arturo.
Políticamente, Arturo fue un caso singular. Su familia tenía haciendas, peones y nodrizas, allá en el bello Sur. Él se hizo rebelde en Bogotá. A diferencia de los Lleras, que abandonaron las ideas socialistas para refugiarse en el liberalismo desarrollista, Arturo llegó al Partido Liberal a través del gaitanismo, y durante todo el resto de su vida fue un liberal progresista, de fuerte conciencia social.
Pero nunca fue un militante ni menos un combatiente. Fue un hombre sincero, de profunda sensibilidad. Sospecho que la Violencia le produjo un trauma que lo fue llevando a la evocación nostálgica de una infancia feliz (tal vez un poco idealizada), en la que la sombra protectora, maternal,
de las prodigiosas noches estrelladas del Sur arrulla a las hojas y a los niños, protege a los hombres de trabajo y vela eternamente por la paz de los buenos.”

HAROLD ALVARADO TENORIO , http://www.arquitrave.com/poeta2.htm (Matriz) http://www.arquitrave.com/
...
Arturo es, en la apariencia, un poeta que rechaza la realidad pues sus melodías son mejor recordadas que sus asuntos. Pero no hay tal. Si hay un poeta colombiano que celebre el trabajo como forma de felicidad, ese tiene que ser Arturo. En sus poemas aparecen los nombres de hombres ciertos, de trabajadores, de bogas, de cortadores de árboles. Es verdad que buena parte de sus catorce poemas se refugian en la infancia como la morada feliz del hombre, pero el resto celebra y evoca la vida laboriosa de los hombres en tierras de nadie, entre el silencio, el amor, la soledad, los veranos, el viento, las noches, las sequías, las palabras, las lluvias, los tambores y los sueños. Una poesía que no existía en las tradiciones ni colombianas ni de la misma lengua. Con una sintaxis que debe mas a su propia voz, que a Perse o Cernuda, como ha anotado cierta crítica.
La música y los asuntos de los poemas de Arturo hicieron que los jefes de las banderías poético-políticas de entonces vieran en él al rival por excelencia. Arturo debió sentir la derrota en esos años de auge del más torvo y perverso clientelismo poético, cuando ante los avances sociales de los gobiernos liberales, los piedracielistas se dedicaron a celebrar la molicie española, la belleza de las popayanejas, o consumían los días a la búsqueda de una rica heredera con quien casarse y salir de la miseria y el anonimato, como pensaban era la suerte que había corrido Neruda con Delia del Carril.
Arturo, que vivía en carne propia las afugias de ser empleado público -(en 1959 siendo ministro del trabajo Otto Morales Benítez tuvo que cesar en su cargo de secretario del ramo por ser tan liberal como el titular)-, que tenía cinco hijos, y no estaba dispuesto a vender su alma al diablo, prefirió quedarse en casa y no asistió más a cócteles ni recitales. Solo en 1963 volvió su obra a recibir cierta atención al obtener un Premio Nacional de Poesía, pero ni el premio, ni la crónica que hizo Hernando Téllez, ni el ensayo del joven Eduardo Camacho Guizado, hicieron populares sus versos.
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Fragmento del acta del jurado que adjudicó a Aurelio Arturo el Premio Nacional de Poesía Guillermo Valencia, 1963.*
DE: AURELIO ARTURO, OBRA POÉTICA COMPLETA. Edición crítica Rafael Humberto Moreno-Durán, Coordinador. Universidad de Antioquia de Colombia. Colección Archivos de la UNESCO No. 57, Primera edición, 2.003. Páginas 115 y 116. Reseña y contenido de este libro en:
http://www.editorialudea.com/novedades/arturo.html
Morada al sur es un libro revelador de un verdadero temperamento lírico y, en su conjunto ostenta virtudes poéticas acendradas en el crisol de una fina sensibilidad, siendo esto, la sensibilidad, la nota dominante en esos poemas. Algunos se diluyen en una íntima música de sugerencias, y otros en matices de un sentimiento que apenas se expresan por ba1buceos profundamente humanos. Es un tipo de poesía pura, sin lastre conceptual ni ornamentos metafóricos, pero que llega directamente al espíritu y le comunica su vibrante estremecimiento. Allí radica la eficacia lírica de Aurelio Arturo, poeta que nos hace asistir al nacimiento de sus emociones, a fuerza de pureza expresiva y de sinceridad creadora. Puede suceder que algunos de los poetas concursantes aventajen a Arturo por algún aspecto parcial de su inspiración; pero el autor de Morada al sur no cede a nadie en lo que respecta a la autenticidad de su don poético. Es imposible advertir en sus poemas un solo rasgo de simulación literaria, o la más leve concesión a caprichos estilísticos.
Aurelio Arturo se inició en la vida literaria hace unos treinta años, con algunos poemas que fueron publicados en la "Crónica Literaria” que dirigía uno de los suscritos. Después abandonó la publicidad, para dedicarse al ejercicio de su profesión de abogado, en la cual ha merecido honrosas distinciones. Su vida como hombre puede calificarse de ejemplar. Lejos de toda clase de camarillas, ajeno a las intrigas, ha sido un trabajador obstinado y silencioso, en lo concerniente a su profesión y a su vocación literaria. Su menosprecio por la popularidad y el renombre puede estimarse como uno de los rasgos heroicos de su personalidad.
Para los suscritos, miembros del jurado calificador, es una satisfacción poder juntar al mérito literario de Aurelio Arturo la excelencia moral de su carácter, y ofrecer, de esta manera, una imagen completa del poeta. Creemos haber cumplido, con justicia y lealtad, la honrosa misión que nos fue encomendada.
El jurado: RAFAEL MAYA, CARLOS ARTURO CAPARROSO y RAFAEL TORRES QUINTERO.
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A los suscriptores que lo soliciten ( ntc@andinet.com ) les enviaremos los siguientes documentos:

A.- AURELIO ARTURO, POEMAS INÉDITOS Y ATRIBUIDOS, Y UN ÚLTIMO HALLAZGO. Tomado del libro: AURELIO ARTURO, OBRA POÉTICA COMPLETA. Edición crítica Rafael Humberto Moreno-Durán, Coordinador. Universidad de Antioquia de Colombia. Colección Archivos de la UNESCO No. 57, Primera edición, 2.003. Páginas 219 a 236 Reseña y contenido de este libro en: http://www.editorialudea.com/novedades/arturo.html y en http://publishing.unesco.org/details.aspx?Code_Livre=4080

B.- AURELIO ARTURO, TRADUCCIONES DE CONSTANTINO KAVAFIS.
Tomado del libro: AURELIO ARTURO, OBRA POÉTICA COMPLETA. Edición crítica Rafael Humberto Moreno-Durán, Coordinador. Universidad de Antioquia de Colombia. Colección Archivos de la UNESCO No. 57, Primera edición, 2.003. Páginas 263 a 272

C.- VERSIONES DE POETAS INGLESES COMTEMPORANEOS (Estas traducciones de Aurelio Arturo fueron publicadas en la revista Eco, de la Librería Bucholz, en Diciembre de 1.974, un mes después de su muerte.) Tomadas de AURELIO ARTURO, OBRA POÉTICA COMPLETA. Edición crítica Rafael Humberto Moreno-Durán, Coordinador. Universidad de Antioquia de Colombia. Colección Archivos de la UNESCO No. 57 Primera edición, 2.003.

D.- AURELIO ARTURO, fragmentos del libro en donde los entrevistados se refieren a él. IMAGINACIÓN Y OFICIO. Conversaciones con seis poetas Colombianos, Piedad Bonnett. Editorial Universidad de Antioquia, Colección Celeste. 2.003. 217 págs. . Los poetas entrevistados son Fernando Charry Lara, Giovanni Quessep, Juan Manuel Roca, Darío Jaramillo Agudelo, José Manuel Arango y Rogelio Echavarría. Todos se refieren elogiosa y ampliamente a Aurelio Arturo y su obra. El libro en: http://www.editorialudea.com/publicacionesanteriores/imaginacionyoficio.html

E. - Arturo cumple treinta años de muerto, Por Harold Alvarado Tenorio

F.- "MORADA AL SUR": POEMAS DE AURELIO ARTURO. Ensayo Por Eduardo Carranza (Visión Estelar de la Poesía Colombiana, Eduardo Carranza, Biblioteca del Banco Popular Volumen 126, 1.986. pags 147 y 148)

G.- Tres Poemas (SOL, SEQUÍA Y LLUVIAS) publicados en Agropoética. Una antología Georgica .Autor Víctor Manuel Patiño Poemas de Aurelio Arturo (1906- 1974) Colombiano, antologados. Sólo SOL se publicó en el libro MORADA AL SUR (Mineducación, 1.963). Todo el libro de agropóetica en http://www.lablaa.org/blaavirtual/letra-a/agropoet/agro0.htm

H.- DIATRIBA CONTRA LA POESIA COLOMBIANA SENTADA EN SUS LAURELES . A riesgo de provocar la furia de los nacionalistas. EL TIEMPO: Fecha: Domingo 22 de Julio de 2001 Sección: LECTURAS DOMINICALES . Autor: EDUARDO GARCIA AGUILAR (*** García, escritor y periodista, trabajó en France Press, en México, y ahora en Francia. )

I.- Reflexiones sobre una amable diatriba. (A riesgo de provocar la furia de los críticos). Carlos Vidales, Estocolmo, Suecia, 30.10.2004. La “Diatriba contra la poesía colombiana sentada en sus laureles”, de Eduardo García Aguilar (El Tiempo, Lecturas Dominicales, 22.07.2001), que reproduce y difunde NTC (ntc@andinet.com Cali, 28.10.2004), me ha hecho recordar la siguiente historia: un tipo sale a la calle, en Bogotá, y propina una soberana paliza al primer español que se cruza en su camino. Detenido por la policía, se limita a declarar que agredió al peninsular porque “los españoles llegaron al continente Americano a robar, masacrar, saquear y oprimir a los indígenas”. Cuando el teniente de la policía le dice que eso ya es cosa vieja, que eso sucedió hace quinientos años, el sujeto responde: “Sí, claro, pero a mí me lo contaron ayer”. (...Sigue)

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Algunas “enlaces” sobre Aurelio Arturo sugeridos:

i.- La palabra original: Aurelio Arturo. (1906-1974) Del libro HISTORIA DE LA POESIA COLOMBIANA de J. G. Cobo Borda. Villegas editores.
http://www.villegaseditores.com/loslibros/9588160391/10.html
http://www.villegaseditores.com/loslibros/9588160391/

ii.- El apalabramiento del silencio en la poesía de Aurelio Arturo
http://www.ucm.es/info/especulo/numero15/apalabra.html
Julio César Goyes Narváez (*) cgoyes@hotmail.co

iii.- EN BUSCA DE AURELIO ARTURO Semblanza de uno de los más altos poetas de la lengua castellana. Por William Ospina http://www.cromos.com.co/4491/col-ospina.htm

iv.- AURELIO ARTURO en: Quién es quién en la poesía colombiana . Autor: Rogelio Echavarría. Mincultura y Ancora editores. 1ª. Ed. 1.998
http://www.banrep.gov.co/blaavirtual/letra-q/quien/quien0.htm (Presentación)
http://www.banrep.gov.co/blaavirtual/letra-q/quien/indice.htm (“Todos” los poetas de la A a la Z)
http://www.banrep.gov.co/blaavirtual/letra-q/quien/quien1c.htm (Aurelio Arturo)

v.- MORADA AL SUR: ASCENSO-DESCENSO AL SER HUMANO , FRANCISCO DE ATRIZ
http://www.xexus.com.co/l12.htm
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1 comentario:

arboleda dijo...

EL ARTE DEL QUEHACER POÉTICO
Según el poeta Álvaro Mutis

“(…) Una tarde abrí el libro de Aurelio Arturo [Morada al Sur] y empecé a leer sus poemas. Por una red de circunstancias que me niego a examinar, en ese instante las palabras de cada poema empezaron a decirme la plena y secreta hermosura de su designio, a mostrarme los más escondidos caminos que el poeta se propusiera recorrer en ese afán ciego y sin esperanza de crear para el hombre otros mundos y otros sueños que casi nunca merece. No recuerdo cuántas veces leí el breve libro. Lo que sí recuerdo muy bien es que durante un largo tiempo me fue imposible volver a ninguna otra poesía. Los poemas de Aurelio me acompañaban tan totalmente que no había cabida en mí para otras voces que no fueran la suya, para otra nostalgia sin salida que no fuera la de esas tierras del sur y esa infancia dichosa evocadas por él. Esta deslumbrada invasión de la poesía no me había ocurrido nunca antes ni creo que me ocurra ya jamás. Es un milagro que no puede repetirse.

Regresé a Colombia. Torné a ver a Aurelio en mis esporádicas visitas a Bogotá. Hablamos de nuevo de nuestros asuntos, que nos habían esperado, intactos, durante diez años y nunca encontré palabras para contarle lo que me había sucedido con sus poemas. Siempre me proponía hacerlo en una ocasión más propicia y siempre había algo en él que me lo impedía. Ahora lo hago en la apresurada torpeza de estos recuerdos. Algo me dice que así ha sido mejor, que así lo hubiera querido el amigo y el poeta cuya ausencia empobrece mi vida para siempre (…)”

Álvaro Mutis, “Plena y secreta hermosura”, Lecturas Fin de Semana, El Tiempo, Sábado 18 de febrero de 2006.